La Vitamina D cautiva y divide a los expertos

Ene 22, 2021

En los últimos años se ha colado en el imaginario popular la importancia de proveer a nuestro organismo de “Vitamina D”, dato muy curioso teniendo en cuenta que no se trata de una vitamina como tal, sino de una molécula asociada a ciertos beneficios.

Una simple búsqueda en la red demuestra el interés por este suplemento, y es que, al introducir en el buscador los caracteres que componen “Vitamina D” arroja más de 91 millones de resultados debido a su buena reputación en cuanto a la prevención de algunos tipos de cáncer, porque ayuda al sistema inmunitario y porque sirve para tener unos huesos y dientes más fuertes; y porque los científicos cada día están más interesados en ella.

Solo en el último año existen más de 5.200 investigaciones científicas, casi el doble que en la última década, y cuatro veces más que en los últimos 20 años, como se constata en PubMed.

La vitamina en cuestión no funciona como el resto. Según explica el jefe de Servicio de la Unidad de Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía e investigador del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), José López Miranda, “las vitaminas son compuestos que necesitamos tomar exógenamente porque, en gran medida, no las sintetizamos. Sin embargo, en el caso de la vitamina D no es así, si la sintetizamos a través de la exposición al sol” es más, indica que, aunque la llamamos vitamina se trata de “un sistema endocrino metabólico”. Es decir, funciona como una hormona y es donde reside su éxito ya que al funcionar como tal sus efectos se extienden a todo el organismo.

De hecho, la vitamina D es esencial para favorecer y modular la absorción y el depósito de calcio en los huesos y en distintas áreas a nivel muscular, en lo relativo al cáncer, al metabolismo de la glucosa y al sistema inmune, como añade María Cortés Berdonces, especialista de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid y coordinadora del Grupo de Metabolismo Óseo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Estas posibles acciones son las que están acaparando más atención y, en las últimas publicaciones científicas, le otorgan un papel muy importante en la regulación del sistema inmunitario, ayudando a “defendernos de los agentes exógenos, de las infecciones —sobre todo de los virus—, y también para modular la respuesta inflamatoria que nuestro sistema inmune ejerce cuando nos exponemos ante estos agentes infecciosos”, afirma el López Miranda.

Pese a los múltiples beneficios, no conviene superar la dosis de Vitamina D, ya que también puede conllevar graves consecuencias.

En el campo del sistema inmunitario, se sugería que al implantar la molécula en personas con déficit de esta vitamina, se reducía el riesgo de infección por virus del tracto respiratorio superior (Metanálisis publicado en 2017 por British Medical Journal), pero no se trata de evidencias definitivas al no haberse comprobado en una muestra grande. “Las evidencias definitivas en medicina las marcan los grandes ensayos”, recuerda el investigador del IMIBIC.

Actualmente existen ensayos con pacientes de Covid, como el realizado por IMIBIC y el Hospital Universitario de Córdoba realizado con 76 pacientes ingresados con neumonía durante la primera ola.

El resultado fue que menos del 10% de aquellos a los que les dieron calcifediol (prohormona que actúa como precursor de la generación de vitamina D) necesitó UCI, contra un 50% que requirió de cuidados intensivos y no recibió la suplementación.

Un estudio piloto que “dio orientación para seguir, por eso diseñamos un gran ensayo clínico que está ahora en marcha con un tamaño de muestra mucho mayor, en torno a 1.000 pacientes de 12 grandes hospitales del país”, señala López Miranda, investigador principal del ensayo junto a José Manuel Quesada, un veterano estudioso de la vitamina D.

En determinados países la práctica de dispensar y suplementar alimentos con vitamina D está muy extendida. Es el caso de Reino Unido, que dará 2,7 millones de dosis, o Canadá, Finlandia, Noruega o Suecia, que suplementa productos como la leche o margarina para evitar el déficit de la vitamina y el raquitismo que provoca en niños.

En España es una práctica que no está extendida, sin obtener una respuesta clara del por qué, ya que la respuesta dependerá de al experto que se pregunte, demostrando la división entre los mismos.

En cualquier caso, el déficit de vitamina D en la población es una realidad en España. Según documento de la SEEN entre el 80 y el 100% de los mayores de 65 y el 40% de los menores de esta edad sufren déficit de esta vitamina. Las razones, según Cortés Berdoces, la coordinadora del Grupo de Metabolismo Óseo de SEEN es la escasa sintetización en invierno y primavera, así como en verano, ya que el uso de cremas protectoras evitan la síntesis de la vitamina D.

Podríamos compensar con los alimentos, pero solamente el 20% de la vitamina D proviene de los alimentos y el resto del sol…

Además, los expertos tampoco coinciden en los niveles de vitamina que deberíamos tener, aunque, en general, se recomienda que sea superior a entre 20 y 30 ng/ml.

Si superamos los niveles medios, por ingerir vitamina D y superar los parámetros, podríamos encontrarnos con un problema ya que, “no debemos olvidar que la vitamina D es una hormona, y como tal, tan malo es su déficit como su exceso. De ahí la importancia de mantener unos niveles adecuados y la necesidad de regular la suplementación con fármacos por personal médico”, señala María Cortés Berdonces, especialista en Endocrinología y Nutrición.

Además, explica que la intoxicación por vitamina D puede llevar a situaciones de hipercalcemia, que a largo plazo pueden afectar al riñón, tejidos blandos y huesos, algo que, como recuerda Antonia Agustí, ha llevado a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios a emitir alguna nota “alertando de errores en las dosis consumidas que han tenido consecuencias importantes para algunos pacientes con aumentos de las concentraciones de calcio que pueden ser peligrosas. No se debe tener la idea de que los suplementos de cualquier vitamina son inocuos. Hay que tomarlas cuando están claramente indicadas

Fuente: PubMed, IMIBIC, SEEN, British Medical Journal, Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios

 

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Doctor Dixit

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