La llegada del Covid-19 ha demostaro que la inversión de impacto social en el sector salud es más rentable de lo que parece. De igual modo ha puesto en valor la importancia la salud en cuanto al sector sanitario en conjunto se refiere.

Actualmente, tener un buen acceso a la sanidad es un privilegio del que no todos pueden disfrutar, por no decir que casi la mitad de la población mundial carece de servicios sanitarios básicos.

España se caracteriza por ser uno de los mejores sistemas y contar con una gran sanidad pública, a diferencia de países como Estados Unidos, donde solo los adinerados pueden pagar un seguro médico.

Sin embargo, siendo la sanidad uno de los pilares básicos en los que cada país debe invertir anualmente, en España la pandemia ha dejado ver la gran falta de profesionales y plazas UCI por habitante frente a otros países.

En 2019 el gasto público en sanidad en España fue de 79.315,8 millones de euros, es decir, el 15,28% del gastro público total y el 6,1% del producto interior bruto. Un dato que sitúo a España por debajo de la media europea.

En 2020, sin embargo, y después de un año pandémico, aunque el Gobierno preveía el aumento de la sanidad hasta los 84.007,3 millones de euros, los datos cayeron un 10,8%. Es decir, se convertía en el peor dato desde 1970.

Eurostat, la Oficina Europea de Estadística, señala que España invierte 303 euros por habitante en I+D. Una gran diferencia con la Unión Europea que gasta 685,6 euros por persona y otros países como Dinamarca, Suecia o Nuerga, en los que el gasto aumenta hasta los 1.500 euros.

Aunque los fondos europeos apuestan por la recuperación y el Gobierno de España prevé este año aumentar el gasto de la ciencia en un 60%, los expertos consideran que el sector privado será imprescindible para avanzar en la ciencia.

Dicho esto, toda ayuda es positiva para aquellas empresas que están inmersas en la investigación de nuevos tratamientos, vacunas o materiales sanitarios.

Miguel Camiña, consejero delegado y cofundador de Micappital, sostiene que “mediante la inversión de impacto en el ámbito de la salud, la biotecnología, el sector farmacéutico o el material sanitario estamos apoyando el crecimiento de este tipo de empresas, que tienen un gran potencial de futuro a nivel económico, pero también una capacidad increíble de aportar un valor positivo a la sociedad”.

Fuente: Invertia y Erostat