Breve biografía

Javier Garrido Medina, creador de Robin Hat, empresa de gorros de quirófano personalizables y ahora también de Robin Mask, segunda línea de negocio que nace en 2020, con la pandemia.

Robin Hat es una empresa que se dedica desde 2014 a la venta de gorros de quirófano personalizables, pero, ¿Cómo surgió esta idea tan pionera y por qué?

Robin Hat nace en 2014 fruto de una casualidad donde se juntó en su momento la magia y el interés de los primeros gorros con la posibilidad de ser útil a la sociedad humanizando entornos sanitarios y aportando parte de la recaudación a colaborar con ONGs que actúan en el ámbito sanitario.

Desde el inicio el interés que despertaba el producto como la filosofía de la empresa fue el combustible para arrancar con fuerza el proyecto.

Tras tantos años en el mercado, ¿Qué especialidad diría que es la más coqueta a la hora de adquirir gorros de quirófano con diseño?

No hay una especialidad que destaque por encima de la otra . Nosotros siempre, aunque hay un componente estético y de sentirse más guap@, apostamos siempre por otro tipo de emociones. Sabemos que pediatría los usa por un tema estrictamente profesional. Les ayuda a hacer mejor su trabajo porque el niño en la consulta médica se vuelve más colaborativo y se establece un vínculo diferente entre el personal sanitario y el paciente.

¿Por qué un profesional debería de apostar por el uso de productos textiles en lugar de desechables?

Sabemos que en España se usan cientos de miles de productos con material desechable fabricados con un tipo de polipropileno altamente contaminante ya que tarde mucho tiempo en desaparecer. A raíz de la pandemia las plantas que reciben batas, guantes, gorros o mascarillas de un solo uso están colapsadas. Un producto como el nuestro (reutilizable) ayuda a reducir el impacto medioambiental dejado por este tipo de material.

Cuando un profesional decide utilizar este tipo de producto, ¿en qué debe fijarse (certificaciones, durabilidad, número de lavados…)?

En el caso de los gorros sabemos por estudios que no existe diferencia a la hora de combatir los gérmenes entre un gorro de tela y uno desechable. Se deben fijar sobre todo en que esté fabricado por una empresa que cumpla las garantías que se exigen.

Con la pandemia, ¿Cómo ha visto afectada la demanda? ¿se han tenido que reinventar? ¿en qué sentido?

En realidad no hemos visto afectada la demanda. De hecho la pandemia, gracias a la ayuda también que hemos prestado a los sanitarios y a todo el mundo que lo necesitaba, donando material sin esperar nada a cambio, ha supuesto que los clientes se fijen en nosotros.

Ahora, existe una segunda línea de negocio, Robin Mask, ¿Cómo nace?

Nace al revés de cualquier lanzamiento de producto o estrategia comercial. Sin querer prácticamente.

En marzo de 2020, concretamente el domingo 15 marzo, a raíz de la petición de varios cirujanos, enfermeras y médicos “amigos “ que nos trasladaron que ojalá pudiéramos fabricar mascarillas para ellos con lo sobrante de los gorros, decidimos destinar nuestros recursos disponibles a fabricar mascarillas gratis para los que lo necesitaran y lo hicimos público en la Radio (RAC1). El resultado fue una avalancha de peticiones que nos llevó finalmente a tener un ejército de voluntarios repartidos por Cataluña de más de 25.000 personas coordinadas conjuntamente por Robin Hat y 153 ayuntamientos de municipios. En total conseguimos entregar cerca de, y calculo, estimado a la baja, 3 millones de mascarillas gratis.

Aún, a día de hoy, seguimos enviando material a países que lo necesitan: lo último a Perú, Guatemala, Kenia y Tanzania.

Recientemente hemos donado 5.000 mascarillas a Cruz Roja Cataluña.

A raíz de la experiencia acumulada las primeras semanas y dada la demanda real de empresas y ayuntamientos que solicitaban que les fabricáramos mascarillas nosotros, decidimos crear Robin Mask y poner en marcha esta segunda línea de negocio.

La polémica por el tipo de mascarilla que son efectivas frente al coronavirus se reaviva, ¿Cuál es su opinión en este sentido?

Entiendo la raíz de la polémica y me parece hasta lógico que se abra este debate. Ha habido mucho intrusismo de empresas fuera del sector que se pusieron a fabricar mascarillas, tiendas de barrio vendiendo tejido supuestamente para fabricar mascarillas, bazares vendiendo mascarillas y hasta tiendas de golosinas.

El problema real es que las mascarillas no son un trozo de tela para tapar la boca, es un producto sanitario que debe proteger al que la lleva y al de delante. No todas las mascarillas higiénicas sirven.

En mi opinión se debería regular la venta en farmacias y empresas que tengan todas las certificaciones de tejido y de producto hechas. En nuestro caso hemos invertido miles de euros para obtener las certificaciones de los mejores laboratorios  que están recomendados por ENAC (Entidad Nacional de Acreditación), que depende del Ministerio de Industria. Esto nos deja tranquilos porque ponemos a la venta un producto seguro con alta capacidad de filtración y reutilizable. Propongo un registro de empresas fabricantes y comercializadoras de mascarillas.

Al igual que en el caso de los gorros quirúrgicos, ¿en qué debe fijarse el profesional a la hora de seleccionar el producto a adquirir (certificaciones, durabilidad, número de lavados…)?

En primer lugar que se fijen en las garantías que te puede dar el fabricante . Deben estar certificadas según normativa UNE 0065 Esto supone que deben tener un alto porcentaje de filtrado de más del 90% durante toda la vida útil . Un buen índice de respirabilidad y que se ajusten perfectamente . Siempre que puedan que elijan aquellas que no llevan costuras por la zona donde se inhala /exhala el aire .

¿Estas pautas son genéricas para todos los públicos y son las mismas que debería tener en cuenta cualquier Gobierno a la hora de comprar mascarillas y evitar así lo que ocurrió en mayo de 2020 con la adquisición de 350.000 mascarillas defectuosas?

Al final las mascarillas higiénicas son igual de eficaces que una quirúrgica siempre y cuando esté acreditado por un laboratorio competente. Nosotros hemos tenido requerimientos de OCU para analizar nuestras mascarillas. Estamos tranquilos que nuestro producto cumple con las garantías exigidas

¿Cómo afectan las diferentes polémicas al sector?

En realidad toda regulación siempre es positiva. En el caso de Alemania o Francia lo que han prohibido son las mascarillas higiénicas no industriales. En Europa existe una normativa CWA 17553 que regula las mascarillas higiénicas que es mucho más permisiva y menos exigente que la UNE 0065 vigente en España. En Europa han puesto el foco sobre aquellas mascarillas higiénicas que no tienen homologación y que son sospechosas de no proteger a la población y no han dicho nada sobre las que son de alta protección.

Francia, de momento, ha sido el tercer país en vetar las mascarillas de tela ya que, según las autoridades sanitarias francesas, solo filtran el 70% de las partículas y no se ajustan bien a la cara. De este modo, recomienda el uso de mascarillas con un filtrado superior al 90%, rango que cumple las quirúrgicas o textiles de categoría 1, además de las FFP2 y equivalentes (KN95 o N95, por ejemplo). Comenzó desaconsejando el uso de las caseras, y ha publicado este jueves un decreto para imponer el uso de protecciones más altas en los espacios públicos. Para ello, se permite a partir de ahora la venta al público solo de mascarillas quirúrgicas, las FFP2 y las de tela industriales de categoría 1, que filtran al menos el 90% de las partículas de tres micras.

Es decir que nosotros podremos seguir vendiendo y se podrán utilizar nuestras mascarillas dado que tienen un nivel de filtración de más del 90% durante toda su vida útil que es de 50 ciclos de lavado. Además desde este mes nuestras mascarillas incorporan la novedosa tecnología VIROBLOCK (patentada en Suiza) y que destruye gérmenes (virus y bacterias) que entran en contacto con la mascarilla, frenando la contaminación cruzada.

Con la llegada de las nuevas cepas, ¿han visto aumentada o disminuida la demanda?

De momento se ha estabilizado la demanda. Esperamos esta regulación para que todas las mascarillas higiénicas que haya en el mercado sean igual de seguras y no se puedan comercializar aquellas que no cumplen con los requisitos de la UNE 0065 y se vendan en establecimientos no idóneos. Hemos visto vender mascarillas en tiendas de golosinas, estancos y gasolineras. Como se puede garantizar la higiene y la que se de la información correcta sobre respirabilidad, BFE… Nosotros vendemos actualmente en nuestro canal online y en Farmacias

¿En qué países hay mayor demanda?

Aunque contamos con un alto nivel de demanda en diferentes países europeos, nuestro principal cliente se encuentra en el mercado español.

¿Qué ventajas ofrecen sus mascarillas frente a otras?

Nuestras mascarillas , además de ser un elemento de moda, son seguras, cómodas y reutilizables. Además parte de la venta está destinada a ayudar y aportar a entidades sociales y ONGs que cuidan de personas desfavorecidas. Robin Mask además de seguras suponen un verdadero ahorro para el cliente y para el planeta.

¿El público de esta nueva línea continúa siendo el profesional?

Hay de todo aún pero mayoritariamente son personas particulares que se compran mascarillas que pueden usar más de 50 veces con el máximo nivel de protección y empresas que aprovechan para personalizar con su logotipo y color.

Las redes sociales cada día tienen más importancia como herramienta de comunicación. En el sector sociosanitario, ¿Cuáles son las herramientas que más utilizan?

Al tratarse de productos diferentes y público diferente usamos canales de comunicación por separado. Los gorros tienen sus redes sociales y las mascarillas las suyas. Solo compartimos dos canales para ambos productos Twitter y LinkedIn donde hablamos un poco de nosotros más allá del producto. En el sector sanitario se usa Instagram y Facebook para mostrar el lado mas humano de la labor sanitaria.